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miércoles, 29 de mayo de 2013

LA MAQUINA DEL TIEMPO.  Por Ovidio Angel Cardona.

La existencia de la maquina del tiempo es una realidad.
¿Cual es el misterio que rodea a esto?  ¿Qué utilidad tendría hoy para la humanidad que existiera una maquina para viajar en el tiempo?                                                                  
A muchos les gustaría ir al pasado para ver como fueron las cosas allá. Otros     para maravillarse con el futuro del mundo o de ellos mismos.
            ¿Pero,  si existe, dónde esta la máquina del tiempo?                                                                          

Yo personalmente encontré una de ellas realizando mi propia historia familiar.
O sea mi propio árbol  genealógico. Al buscar mis raíces y conocer a mis antepasados. Aunque a muchos de ellos no conociera personalmente, el hecho de tener sus fotos o sus nombres solamente, algunas de sus vivencias y cosas que hicieron o lugares de procedencia. Todos ellos dejaron de ser para mí solamente datos. Comencé entonces mi investigación sobre la vida de muchos de ellos y a meditar en ellos y como fueron sus días sobre la tierra y sus vidas. Allí encontré una maquina del tiempo.
           
              Uno de mis bisabuelos maternos se llamaba Gregorio Adami. Y era oriundo de Italia. Del pueblo de Soave, en Verona.           Creo que si don Gregorio hubiera decidido ser célibe, o solteron u homosexual. Yo no existiría hoy en día, ni mis padres ni mis abuelos. Tampoco mis hijos y mi familia. Y yo no estaría escribiendo o relatando estos pensamientos.
                  Algo hizo don Gregorio para que yo exista. Y realmente no se trata de algo grandioso ni fastuoso.
  Su historia relata que se dedicaba a realizar tareas de medición de terrenos y fundos. Era un agrimensor. El llegó a Argentina contratado por la década de 1870, por el Ferrocarril Central Argentino para realizar el trazado previo de su prolongación hacia otras provincias desde centro del país. Este ramal ferroviario iba desde la ciudad de Córdoba hasta la ciudad de San Miguel de Tucumán. El ferrocarril se inauguró el 31 de octubre de 1876.
            
                  Pero nada de esto hizo que yo efectivamente llegara a mi existencia. Gregorio luego de esta obra realizada por su talento, habilidad y estudio. Se instalo definitivamente en la Provincia de Tucumán. Instaló su vivienda dentro de extensos terrenos que compró lindantes a los cerros Aconquija. En la localidad de Yerba Buena, camino de San Javier. Allí formó una gran familia. Una de sus hijas Margarita Amalia Adami de Aragón, fue mi abuela, la madre de mi madre Zusana.

            De estas cosas no tan espectaculares y exorbitantes para el mundo es que hablo. Que tiene que ver con formar una buena familia con un espíritu de unidad y amor fraternal. Donde cada uno cumpla su rol como hijo como hermano como padre hermano esposo y esposa. De que los padres se unan, se amen y amen a sus hijos y lo den todo por ellos. Y así enseñarles a ser buenos continuadores de los mismos valores. Y que tengan conductas irreprochables y se conviertan en hombres y mujeres de Dios, reconociendo y valorando esta herencia de vida y el amor por estas cosas tan sencillas pero tan nobles y valiosas a la vez.                    Por todas estas cosas es porque llegué a mi existencia, por lo bueno que hicieron los que fueron antes que yo, y por eso soy y estoy aquí.

Recuerdo un episodio de la película “Volver al Futuro” (Back to the future). Cuyos protagonistas eran: un científico (el Señor Brown) con su automóvil que viajaba por el tiempo y un joven adolescente (Martín). En el episodio 2 llega el Sr. Brown a buscar a Martín para llevarlo en su auto hacia futuro. Lo que sucedía, y era el propósito de tal viaje era que la familia del joven estaba en esa época futura en un grave peligro.
¿Cómo nos sentiríamos nosotros ante tal invitación? ¿Cómo nos sentiríamos de poder ir a salvar a algún descendiente nuestro en un futuro lejano? Seguramente una misión así nos colocaría en la tarea de ser ángeles.                       Pero hoy día nuestro Padre Celestial tiene un sistema mejor para salvarnos de algún grave peligro y que valen de una manera mejor, que hacer que vengan muertos a salvar a los vivos. Ese sistema de salvación son “los profetas vivientes”.

En la parábola del rico y Lázaro, están las claves por medio de las cuales el Señor salva a sus generaciones de vida sobre la tierra. El rico había vivido una vida desenfrenada y egoísta. Y luego de graves errores y faltas de su vida terrenal le toca ir luego de su muerte, a la prisión espiritual donde pagaría tantos desmanes. Y a Lázaro, un pobre mendigo desprotegido y olvidado durante su vida le toca ir al paraíso espiritual como compensación de una vida sin florecimiento y graves sufrimientos.      Lázaro durante su vida no fue ayudado por el rico en ese plano de vida, y el rico tuvo innumerables oportunidades de hacerlo, y no quiso hacerlo. Al levantar el rico su vista y ver a lo lejos el paraíso, contemplo a Lázaro junto al padre Abraham gozando de un estado mejor en el mundo de los muertos. (Lucas 16:19)

Pidió entonces el rico estando el tormento una gota de agua traída  por el dedo de Lázaro para saciar su sed infernal. Entonces Abraham dijo que eso no era posible. Luego le dijo el rico a Abraham que enviara a Lázaro a sus hermanos en la tierra, los cuales seguían en un estado de pecado y egoísmo y les prevenga de tantos males que les esperaban. Abraham le contesto que tampoco serviría si alguien viniera de los muertos a prevenirles y le replico: “a Moisés y a losprofetas tienen, óiganlos.”.          Por tanto esta es la forma que ha establecido Dios para ayudar a cada generación: levantar profetas que anuncien los males, les amonesten y prevengan a las generaciones que vivan sobre la tierra, y para que despejen el camino y muestren lo verdaderamente bueno.

En otro episodio de Volver al Futuro se muestra al protagonista Martin en su vida futura. El mismo Martín del que vivía en el siglo XX (20), fue a ese futuro en el siglo XXI (21), donde el mismo era más viejo. Que interesante seria para algunos si pudiéramos ir al futuro y vernos a nosotros mismos dentro de treinta o veinte años. Y ver si somos ricos, con grandes posesiones y poder y riquezas. Aunque pudiera ser que sea todo lo contrario.            Si hubiera algo que no nos gustara de nosotros en esa visita nuestra a nuestro propio futuro ¿no volveríamos corriendo a nuestro presente con enorme entusiasmo para cambiar algo que nos mejore el futuro?
Martin en el episodio 2, va al futuro con su novia Jeniffer la cual se convertiría en su esposa mas adelante. Allí se puede ver que ellos tienen una linda casa, hijos, un buen trabajo, y un mejor pasar. Pero también se lo ve sujeto a grandes tentaciones. A las cuales termina cediendo, y por consiguiente perdiendo en un instante su trabajo y obteniendo una ruina total. Y a todo ello cae por no soportar que le dijeran cobarde: ¡gallina! ¡Co, co, co! Lo cual no pudo soportar nunca en su vida sin perder el control.         Luego se lo ve en la misma escena queriendo tocar la guitarra. Al no poder hacerlo con su mano rota debido a un accidente de su juventud, la arroja y la rompe contra la pared. Con la pesadumbre de haber visto arruinada su vida desde su juventud, al no cumplir su sueño anhelado: Convertirse en un gran guitarrista de rock.

Podemos ver también en el episodio 3 al final del mismo una escena en contraste, cuando Martin vuelve definitivamente al presente. El es desafiado a una carrera por unos conocidos. Una carrera desenfrenada con su auto nuevo y en presencia de su novia. Martin en principio no acepta, pero los pedantes que lo desafiaron le dijeron: ¿acaso eres una gallina? ¡Gallina! ¡Co, co, co! Entonces se prepara para su carrera lleno de cólera. Pero al instante de comenzarla, la abandona inmediatamente, mientras el otro auto continúa su carrera. Entonces llegando a la primera intersección, aparece rapidamente en el carril que  Martin tenia que correr, un vehiculo. Si Martin hubiera seguido esa carrera se hubiera colisionado con aquel sorpresivo automóvil. El cual habría ocasionado en ellos un grave accidente y podría haberles causado la muerte. O lesiones muy graves en sus manos. Las cuales no tendrían recuperación. Y les hubieran imposibilitado trabajar o aun tocar una guitarra en el futuro.     Martin descubrió allí lo que el Dr. Brown le había dicho: que el futuro no está escrito, lo hacemos cada uno de nosotros.
            
Una verdad trascendental es también que la vida eterna es una vida en familia. Y para tener una familia futura e interminable en el futuro, tenemos que entrar hoy en el Nuevo y Sempiterno Convenio del Matrimonio. (D y C 132) y honrar nuestros convenios con Dios cada día.

Si ponemos en orden nuestro presente, entrando en este convenio sempiterno, llegaremos a la plenitud de felicidad en el futuro. Y nuestro futuro aunque no lo veamos hoy, EXISTIRÁ,  Y si hacemos lo correcto,  para decirlo simplemente, se arreglará automáticamente. Porque ese futuro será el resultado de nuestras obras anteriores. Aquí comprobaremos que la maquina del tiempo depende de nuestras “decisiones maestras” y de nuestras simples decisiones de cada día. Y también de nuestras acciones maestras, que ya veremos de que se tratan.

El camino de nuestra plenitud y felicidad, es un camino de felicidad con problemas y desmanes, porque tiene que haber una oposición en la vida para que algo exista. (2 Nefi 2:11).       Porque somos hijos de Dios. No somos un engendro destinado a la nada. Tenemos un origen y una identidad aunque no entendamos nuestro origen. Y tenemos una capacidad de hacer cosas, aunque no comprendamos cabalmente nuestro potencial. Nacimos con una maquina del tiempo en nuestras manos, para nosotros mismos.

DESICIONES MAESTRAS, ACCIONES MAESTRAS Y  DESICIONES DE MUERTE.

            En nuestras vidas podemos hacer muchas cosas, pero existen cosas que nos marcan para siempre. Las decisiones maestras son aquellas que tomamos en algún momento y que marcan un cambio de rumbo para bien. El bautismo,  la misión para los hombres, el sellamiento en el templo para los matrimonios, ser padres y madres, seguir a los profetas vivientes, y vivir de cada palabra que sale de la boca de Dios son las fundamentales.
Son las decisiones que van a mostrar donde vamos a llegar algún día. Ser excelentes en lograr estas cosas entre otras muy nobles. Nos hace cada día merecedores de la plenitud futura.

Las acciones maestras son aquellas que nos hacen merecedores de los elogios de Dios y de nuestra familia y amigos. Son aquellas que tomamos en momentos críticos y que forman dentro de nosotros un carácter valiente, buscando al Señor cada día. Su espíritu nos guiará en momentos difíciles, y nos mostrará que hacer. Aun en situaciones extremas. Y nos dará paz interior.

En la saga de volver al futuro episodio 1, podemos ver como la familia de Martin se convirtió en una familia más excelente por motivo de una decisión que tomara el padre de familia, es decir George Mc. Fly durante su juventud.    Para ello los invito a ver el principio y el final del episodio primero, donde se muestra la imagen de la misma familia, antes y después. Y los cambios que tuvo.

 La “acción maestra” que tomó George en  este episodio se encuentra representada en el medio de la película, fue después de una gran lucha interna, al decidir oponerse al mal, y golpear al villano Biff, que trataba de abusar de su futura esposa Lorraine. Algo que  sorprendió al mismo George fue ese fuerte y contundente golpe que fue capaz de darle. Cosa que nunca imaginó que fuera posible. Que derribó al malo y que tuvo su consecuencia por muchos años. Porque este golpe perturbó la mente de este siniestro hombre. Dejándolo solo con la capacidad de realizar tareas menores, como la de lustrar autos, esto  se ve en el final del episodio 1.
La acción maestra de George le dio seguridad a el mismo y por ella, ganó el amor de su querida Lorraine. Y cambio el futuro de su familia enormemente.

Cuando tomamos decisiones maestras o realizamos acciones maestras, todo se acomoda en nuestra vida. Nuestra felicidad, nuestro futuro y nuestro destino. Es porque seguimos la Luz de Cristo la cual inspira a los hombres y mujeres para bien (Moroni 7:16).

El seguir el camino del Señor implica luchar. Luchar la buena batalla con una armadura. (Efesios 6:12-18.). El lugar donde nos encontremos en el futuro será un resultado de todas nuestras decisiones. El heredero de exaltación llega a ese lugar porque decidió con sus hechos obtener el principado. Ser un rey y Señor. Padre de mundos y naciones sin tener final. El que se conforme con algo menos que esto, quedará para encender velas y tocar trompetas.

Las otras decisiones que se pueden tomar, son las “decisiones de muerte”. El pecado, las maquinaciones del mal, el divorcio injustificado y hechos siniestros, el chisme y la violación a los mandamientos de Dios. Estas nos alejan de la plenitud y la presencia de Dios.

¿Qué es el hombre para que tengas de el memoria? (Salmo 8:4-9) el antiguo registro hebreo, “el talmud” se refiere al hombre y a la humanidad. En sus páginas nos da la respuesta a una pregunta trascendental. Que el Señor creó a la humanidad de un solo Adán y no de dos. Para que “quien mate un hombre sea como quien mate a toda una humanidad”. Pensemos por un momento, cuantas generaciones de vida pueden surgir de un hombre y una mujer.

Nosotros no estamos al final de nada, estamos en el medio entre el pasado y el futuro. En medio de generaciones que nos antecedieron, porque sin ellas nosotros no existiríamos. Y antes de generaciones que vendrán en el porvenir, por nuestro intermedio. Y lo que hagamos aquí y ahora afectará para bien o para mal en el futuro a nuestras familias por venir. Hijos, nietos, bisnietos, hermanos, sobrinos, ahijados y no a solo descendientes, sino también a vecinos, amigos, compañeros de trabajo, conocidos, y aun a no conocidos, etc.

Por tanto la maquina del tiempo existe y tenemos una de ellas en nosotros mismos. Y hagamos lo que hagamos tendrá un efecto bueno o malo, aun el no hacer nada en nuestras vidas, habrá un efecto verdadero, bueno o malo. Esto lo ilustra la doctrina de la restauración que mencionó el profeta Alma, donde explicó que todo tiene un efecto. (Alma 41:13) Y se llama “la doctrina de la restauración”

Existe un poder que cambia las vidas de las personas y podemos ver su existencia. Es un testimonio viviente de nuestro Salvador y Mesías. Saber si existe Dios o no, es importante para que operemos bien nuestra maquina del tiempo. Nos hace ser ejemplos de vida y se manifiesta por la falta de temor, y la valentía al declararlo a nuestra familia, iglesia, a nuestro entorno y al mundo. La divinidad de Jesucristo, la restauración del evangelio y la iglesia, el profeta viviente, la divinidad del libro de Mormon entre otras importantes también, nos da un testimonio viviente y verdadero cambiando nuestras vidas para siempre.

Debemos manifestar nuestro testimonio con nuestras bocas y también escribirlo de tanto en tanto. Al volver a leerlo en tiempos de angustia y de prueba obtendremos nuevas fuerzas. Y al cabo de veinte cuarenta o cien años ese testimonio va a tener un valor fundamental para nuestros descendientes. Debemos alimentar nuestro testimonio cada día con oración y la lectura de las escrituras, haciendo lo bueno.
Existe un documento, una visión escrita hoy, en la que podamos contemplar sencillamente nuestro futuro y contemplar el fruto de lo que lleguemos a ser. Esta declaración sagrada podemos obtenerla hoy día y así regocijarnos sobremanera.
                              
             Es “la bendición patriarcal”. Allí se declara nuestro linaje. Es decir de donde venimos. Porque si existimos es porque tuvimos padre y madre. Y ellos también padre y madre, y ellos también hasta el principio del hombre. Por tanto saber de donde venimos nos da gozo y seguridad. Luego la bendición patriarcal declara nuestros dones con  los que nacimos y nos da una visión de nuestro futuro. Su cumplimiento se basa sobre los efectos de un testimonio viviente y una vida recta.

Todo lo que vamos a ser no esta completamente detallado en esta declaración inspirada. Existen muchas cosas que no conocemos de nosotros mismos y del gran plan de felicidad. Hay mucho más allá de la lejanía del tiempo y el espacio que vamos a descubrir algún día de nosotros mismos. Solo con un testimonio viviente del Mesías, podemos descubrir y aprovechar al máximo esta maravillosa oportunidad de la vida. Debemos hoy confiar en el Señor y ser rectos. Y vivir de cada palabra que sale de la boca de Dios. La bendición patriarcal también nos previene de cosas que pueden destruirnos, nos advierten de nuestras debilidades y nos dan consejos salvadores.

En este mundo existen “truncadotes y exterminadores” de futuros felices. Ellos buscan destruirnos, no necesariamente en nuestro cuerpo, que los hay. Sino en nuestros espíritus. Mencionaré solo un aspecto de la película Terminator en el capitulo 1 de esta saga.          Un  robot exterminador viaja hasta un tiempo presente desde un tiempo futuro  lejano en que fue construido para matar.           Su misión al llegar al presente era matar a una mujer Sarah Connor. Ella tendría un hijo varón John Connor quien un poco tiempo después nacería, y si se mataba a la madre, el hijo no existiría.

Terminator asesinó a varias personas con el mismo nombre que ella en el directorio telefónico. Pero la buscaba a ella. Ella descubrió mas adelante en la trama de la pelicula que su hijo John llegaría a ser en el futuro una persona muy importante, un gran general libertador contra una grande y destructora plaga cibernética. Si bien hablamos en ciencia ficción cuando nos referimos de esto ultimo, la imagen es la misma. Destruir de alguna manera a un futuro hacedor de bienes. Porque si se mata al hacedor de bienes, se mataría también los bienes y las obras que hiciera. Porque entonces no los podría realizar, porque no existe.

En la historia bíblica existió un gran “terminator”. Se llamó Herodes El Grande. El busco matar al futuro “Rey de los Judíos” que nacería, es decir: Jesucristo. El quería matarlo siendo niño para que no llegue a ser rey en el futuro. Por ello realizó una cruel matanza de todos los niños menores de dos años en el pueblo de Belén, de donde se decía que vendría el Cristo. Dios ayudó al niño Jesús y su familia para evitar que fuera destruido por un terminator.

El mismo Señor hoy día, es el que nos ayuda a escapar de estos depredadores de almas. Satanás es uno de ellos junto con sus huestes. Estos engañadores saben de nuestro valor y de todos lo que podemos llegar a dar. Ellos buscan destruirlos en nuestro presente, para que no lleguemos a la presencia de Dios y la exaltación. Buscan destruirnos, así como a toda la obra del Padre Eterno. Y  nosotros somos sus hijos, la obra del Padre Eterno.

Los terminators buscan destruirnos, y aniquilar el fruto de nuestras obras futuras. Buscan destruirnos porque somos cual semillas, con el poder de brotar, pero si no brotamos, no crecemos, y si no crecemos no maduramos, y si todo esto no se da, nosotros no existimos, somos “una nada”, ya que no tendría propósito nuestra existencia (2 Nefi 2:15).
            
           Hay un testimonio sobre un principio importante que tenemos que lograr en esta vida. Y su contenido cambiará nuestras vidas. Es el testimonio de las glorias eternas. Ellas serán las moradas de los hombres en la vida futura. No son fabulas ni cuentos infundados. Son verdades aunque no las contemplemos con nuestros ojos naturales. Según el testimonio que tengamos hoy del reino celestial será el futuro que nos toque vivir

Yo lo imagino siempre como si fuera una carrera. Donde tomamos en nuestras manos un palo de madera de la mano. Un diploma, un convenio. Este podría caerse de nuestras manos al elegir el pecado o las decisiones equivocadas y  nos ciega la visión de la meta. La meta es la gloria celestial.

Pero hay otro efecto que tiene que ver con la integridad. Cuando tenemos un testimonio de llegar a la meta, no caminaremos hacia otro lado. Sabemos que cada paso equivocado nos quita el palo de las manos. Nos borra de la meta. Entonces cuidaremos cada día de no dar un mal paso porque sabemos que nos borra el futuro de plenitud y felicidad y nos conduce a otro lado, a “la nada”.

Existen otras cosas que marcaran nuestro futuro: la obtención de una recomendación para el templo, nuestra disposición de obedecer a los profetas vivientes, el conocimiento de las escrituras, especialmente del Libro de Mormón. Y la diligencia en una comunicación constante con el Espíritu Santo a lo largo de toda nuestra vida.

La obtención de una familia eterna, también nos marca según el cuidado y dedicación que de demos al cumplir nuestros logros. Y junto a todo esto, está lo que el Señor le dijo a muchos de sus siervos: “de llegar a vivir de cada palabra que sale de la boca de Dios”.
Que podamos hoy  prepararnos a través de nuestros hechos y nuestra maquina del tiempo para hacernos un futuro de plenitud y felicidad, aunque hoy no lo veamos, “existe”. Que podamos prepararnos. 
                                                                                            Ovidio Ángel Cardona

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